Este sitio arqueológico podría haber sido un observatorio del sol y la luna. No se sabe a ciencia cierta cuál es el propósito de este edificio de origen Inca-Cañari. El Templo del Sol es el edificio más prominente del complejo y es el único templo Inca redondo en toda América del Sur. El conjunto fue construido a principios del siglo XVI. Las ruinas son una mezcla de estructuras incas y cañari, ya que en la época los incas intentaron conquistar a los cañaris, y cuando no tuvieron éxito las dos culturas aprendieron a convivir.

La civilización Cañari fue la primera en edificar en este terreno y se nota una gran diferencia entre los dos diferentes estilos de arquitectura. Mientras que los Cañari usaban una forma de mortero para unir las rocas, los Incas cortaban con precisión los bloques a la medida para que encajaran perfectamente sin la necesidad de un adhesivo. Hay varias secciones diferentes de las ruinas. Van desde habitaciones en las que se pueden almacenar granos y carne hasta acueductos para proporcionar agua al complejo.

Otra de las cosas que se pueden hacer en la zona son: caminar hasta el rostro del Inca, razón por la cual los Incas eligieron ese sitio en particular para construir su famoso Templo del Sol. Creían que el Rostro del Inca los velaría y los protegería de cualquier daño. La roca en forma de cara es visible desde el templo y se puede llegar a ella mediante una corta caminata desde estas ruinas incas en Ecuador. Existe una gran similitud entre la forma de la roca con un rostro humano que seguro te dejará asombrado. El Museo Arqueológico que se ubica en el mismo complejo y al igual que las ruinas, también es regentado por los indígenas Cañari. Muestra un diorama ilustrativo de todo el sitio, una momia y varios artefactos que pertenecieron a las civilizaciones Inca y Cañari. La entrada al museo está incluida en la tarifa de entrada a todo el complejo arqueológico.